Se me apareció el espectro de la reina Juana.
Tal cual.
Bueno, está bien. Por tu cara deduzco que tendré que
explicarme un poco.
A ver:
Estábamos de vacaciones en el norte, en Comillas, que es
un pueblo precioso, como de cuento. Que parece perdido en el tiempo. Que está
poblado por gente amable y buena.
Y donde se come de miedo, oiga.
El caso es que volvíamos al apartamento, después de
asistir a un certamen de grupos corales que se celebró en Santander, en la Catedral. Los participantes
tenían muchísimo nivel, el entorno era maravilloso y yo… En fin, yo soy muy
impresionable. Para rematarlo todo, aquella noche la cena debió de sentarme
mal, y tuve un algo fiebre, y un mucho de sueños raros.
Y, de entre todos mis delirios, recuerdo vívidamente la
imagen de una mujer. Alta, de bello rostro, vestida con oscuras ropas. Y recuerdo unas
palabras: "Negro pozo, al cual ahora yo asomo".
A la mañana siguiente garabateé en un papel las primeras líneas
de lo que, después, ha acabado siendo "Juana". Un monólogo dramático. Una aventura
en la que nos hemos embarcado.
Una aventura que queremos compartir contigo.
Comienzo ahora a escribir lo que pretende ser un diario de
ensayos, en el que volcar nuestro trabajo, nuestros progresos y nuestros
sueños. Y si nuestras experiencias les sirven a alguien, alguien tan loco por
el teatro como nosotros, pues… ¡Bien!
¿Qué? ¿Nos acompañas?
Quiero darte, además, la dirección del blog del autor del texto. Paco Banjac.
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